Tejidos Al Telar

jueves, 28 de octubre de 2010

Chal en hilo de algodon natural combinado con cuello color bisón

Un sueño en las Altas Cumbres

Cuando el destino me puso por primera vez frente a un tejido al telar, tuve el presentimiento y la certeza de que algo en mí cambiaría para siempre.

Es que, a partir de ese momento, sentí la necesidad de expresar mis sentimientos de la misma manera en que lo hacían esos sabios tejenderos, verdaderos alquimistas que incorporaban con natural sencillez los colores del maravilloso paisaje del viejo camino de la Altas Cumbres a las prendas que desde su imaginación veían la luz; transformando los amarillos del romerillo, la chilca y la jarilla; los verdes, producto de la luz del sol y las cenizas sobre los pigmentos de la yerba mate; todos los marrones de la sierra con el lloro del algarrobo y los anaranjados encendidos de la puesta del sol con la barba de piedra en piezas originarias.

Entendí entonces esta verdadera forma de transmisión cultural, enriquecedora del espíritu, purificadora del alma y tomé la decisión de sumar mis manos y mi corazón, imitando el primitivo acto de teñir,hilar, ovillar y convertir en madeja la voluntad de aquellos sabios maestros de la vida.

Los conocimientos adquiridos en la Escuela Superior de Bellas Artes Libero Pierini de mi ciudad, terminaron de darme el sustento técnico y teórico, indispensables para dar vuelo a mi propio acto de imaginación.

Por eso hoy, parada frente a mi telar, siento la inquietud de compartir el inigualable momento de creación personal. No se trata sólo de mostrar para vender, se trata de tejer para vestir con identidad, para lucir con sencilla elegancia, para perdurar en el tiempo en cada uno de mis tejidos; es sin lugar a dudas la síntesis misma del sueño de las Altas Cumbres.

Mi nombre es Laura, vivo en la ciudad de Río Cuarto Córdoba, el sueño de Las Altas Cumbres, se forjó durante una inolvidable Navidad en Mina Clavero, Córdoba y los tejenderos inspiradores estuvieron, están y estarán por siempre en mi recuerdo, desde aquella maravillosa mañana de “trepada” por el “Camino de los Artesanos”.

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jueves, 28 de octubre de 2010

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